lunes, 12 de noviembre de 2012

Sobre la pretendida independencia catalana.


Querido Juan, ahora Joan:


Tus apellidos son tan requetecatalanes que hasta hace poco, no has decidido cambiarte el nombre.

Contesto, primero a lo más delicado. Me preguntas, al final de tu e-mail de ayer, cómo llevo lo de la Independencia y si me he hecho ya con el pasaporte por si tengo que ir corriendo a esa querida Barcelona. No sé qué pensarás tú sobre la independencia, ni lo que piensan en Madrid; no hago encuestas y los temas políticos son muy complejos y, además, complicados, en el sentido de que pueden traer complicaciones con familiares, amigos y conocidos.

Los ingleses consideran una falta de educación hablar de sexo, religión y política (creo; no recuerdo si me dejo algo ni si es ese el orden, además hablo de leídas, no conozco a ningún inglés ni hablo su idioma ni he estado jamás en la G. B.), pero como tú eres mi amigo, te voy a ser sincero. Sé que contigo no tendré ninguna complicación, espero con el resto de amigos y familiares tampoco. Me voy a mojar.

Yo no soy catalán, (sólo lo fui cuando allí decían que eran catalanes todos los que vivían y trabajaban en Catalunya y ya no es mi caso) sino manchego, de Albacete capital, y ahora de un pueblote manchego grande que es la capital de España, donde no conozco si tienen un lema parecido (en el sentido de “Es madrileño…), pero desde luego todos acogemos y nos sentimos acogidos por todos; pero, después de albaceteño, emigré a Cáceres, y de allí a BCN, donde, al principio, se me hacía la picha un lío con el equipo del colegio y con el de la ciudad (SAFA -Sagrada Familia- y BARÇA -ja ho saps-) y cuando dije que era de Albacete me dijeron: «¡Ah, sí, las navajas!» y cuando dije que luego había vivido en Cáceres, me dijeron: «¡Ah, sí, las Hurdes». Todo, topicazos muy halagadores. Aquí, en Madrid, tienen un dicho: “En Albacete, caga y vete”. Yo les contesto que a Albacete llegaron, —como en el chiste de Eugeni (“¿El saben aquell que diu…?”) que se presentan para bucear en la marina un gallego, un cántabro, un catalán y uno de Albacete que se había buceado toda la Mancha, del uno al otro confín, por debajo, claro—, por aire, las primeras Brigadas Internacionales. No lo sé porque me haya empapado de historia, sino porque se lo leí a Ernesto Sabato (pronúnciese Sábato, pues el apellido del genial argentino no es español, sino italiano) en su libro “España en los diarios de mi vejez” que me dejó una amiga argentina que ha jurado la bandera española, con gran emoción, y que habla y escribe el español peninsular muchísimo mejor que el promedio de los nacidos en nuestra nación. Y con la que, por cierto nunca hemos hablado de este tema ni de la Presidenta del Gobierno argentino. Supongo que porque los dos somos muy educados y no disponemos de tiempo para perderlo con semejantes asuntos.

A mi me dieron clases de Derecho Político el catedrático don Manuel Jiménez de Parga (granaíno) y el profesor adjunto en Jordi Solé Tura (catalán de Mollet del Vallés) y a ambos, doctores en Derecho entonces, los recuerdo con afecto. Suelo evadir estas cuestiones independentistas haciendo alusión a ellos y preguntando la diferencia entre nación y estado. Sé que se escribían con mayúscula, pero ahora no me apetece. Además, la RAE está ocupada en palabras como serendipidad y otras tan geniales como ésa.

A pesar del recibimiento, cuando tuve 10 años en BCN, recién llegados, mis padres siempre nos aconsejaron aprender catalán, de manera que aunque no lo hablaba, a los 17, tras siete años de acostumbrar el oído, entré en mi librería preferida y pedí, cuando ya entendía el catalán de ciudad, (la conversación fue toda en catalán, sin utilizar el castellano en absoluto, sino el francés cuando no sabía decirlo en catalán, entonces mi nivel de francés era alto, aún recuerdo a mi profesor belga) y pedí una gramática catalana. Me dieron la Arimany, que aún conservo y  hasta ahora.

Siempre que puedo hablo en su idioma materno con amigos catalanes que se muestran agradecidos y asombrados de que lo conserve a pesar de mis 29 años de ausencia. A veces, cuando estoy con conocidos en Madrid, no amigos, les digo: «Aquí, de entre los que estamos, seguro que el más español de todos soy yo». Y empiezo a dar la paliza por mi abuela madrileña y mi abuelo de un pueblo de Badajoz -si 
no especifico nada se entiende que son de la capital de la provincia- (paternos) y por los maternos de Osuna (Sevilla) ella y de Sevilla él. Y mis padres de Huelva y mis padrinos, él de Soria y ella de Toledo, y de mis hermanos de Albacete, Cáceres y Barcelona, entre los que hay uno que clama por la independencia de los pueblos (es de Albacete, como yo) y no sé si se queda conmigo o es por entrar en polémica o lo dice convencido. La última vez que lo dije, alguien, seguramente harto de mi rollo, que sólo aguantan amigos como tú, me respondió con sorna: «¡Ah, claro, seguro que tú eres Manolo el del bombo!» No pude evitar reírme a gusto.

Otro tópico: los catalanes, de la virgen del puño y los andaluces gandules y bebedores. Y un chiste sobre sorianos para desmontar el primero de los dos de este párrafo: ¿Sabéis por qué los sorianos no tienen nevera? ¿Por el frío de Soria? Pues no: porque ignoran que cuando cierras la puerta se apaga la luz. También podría aplicarse a los de Lepe, pero con el calor que hace seguro que la comprarían aunque pensaran eso (no sé de dónde les viene el tópico de que son medio lelos).

Yo estoy convencido que hablar varias lenguas aumenta el cociente intelectual o al menos algunos de los cocientes (acuérdate: el dividendo, el divisor y el resultado, COCIENTE, no coeficiente) que pueden medir cada una de las inteligencias que van descubriendo, pero a veces lo dudo. Según esa teoría, los catalanes se darían cuenta de la manipulación, pero no estoy muy seguro.

Desde luego Mas no merece ni un minuto de atención, pero el oponente político del gobierno de España, no se sabe si es que no acierta a expresarse, si le gusta a veces exagerar su galleguismo o es que no tiene ni idea ni quiere que la tengamos los demás. Lo cual es una suerte para Mas y una desgracia para menys y para todos los españoles; incluidos, a mi modo de ver, los catalanes (pero yo soy de ciencias y a la historia nunca le he hecho demasiado caso y de todas formas no me hubiera servido de nada porque me dirían que cuando me la enseñaron en el colegio estaba manipulada por los franquistas y yo arguyo que ahora en Cataluña por los independentistas), que opino son tan españoles como yo.

Mi hermano independentista, el otro día me reprendió porque caminábamos deprisa y yo le hablaba y, como él iba por delante, de vez en cuando le tocaba el brazo para ver que me prestaba atención. Y entonces yo le dije: «Pues mira. Ya puestos a corregir, la forma que tienes de mirar, clavando la mirada en el que tienes delante, es una falta de educación y una impertinencia» y me contestó: «Ildefonso, no puedo mirar de otra manera. Es cuestión del yoga y de la meditación. Se me han abierto los ojos. Es algo que pasa cada mil años, por ejemplo, como con Buda o… (ya no recuerdo quién más, esto fuera del entrecomillado, es mío)». Me callé. Pensé que a mi se me estaba abriendo el tercer ojo, el del c… de tanto aguantar gilipolleces. Y es que además, para más INRI, me hizo dudar de si hablaba en serio o se estaba quedando conmigo.

¿Recuerdas cuando contabas que tu padre, de pequeño, te llamaba plomín, y no sabes por qué sería? Pues ya ves que tu padre no me conocía. Si hubiera tenido la desgracia, te habría seguido llamando plomín; pero a mí, plomazo.

No leo la prensa apenas, hago como un amigo mío que dice que a él no le lee  nadie, así que él tampoco va a perder el tiempo en leer artículos de opinión ni menos noticias. Claro que es un tipo peculiar (bueno, todos lo somos). Que yo sepa, él tampoco escribe. También dice que no vende ninguno de sus cuadros por menos de 1.500 € y añade que aún no ha vendido ninguno, se los queda o los regala. No es tan plomazo como yo, ni tan poco como tú, plomín. Es simplemente un plomo. No tiene Internet y es anti ordenador, anti computadora y anti pecé, como escriben los de “El País”, que me hicieron pensar en el recientemente fallecido Santiago Carrillo. Otra cosa muy curiosa que leí en el titular de una carta al director del semanal del citado diario de ayer, en la que hablaban de escritores que plagian mediante el copio y pego es que había titulado “cortar y pegar”, corrigiendo indebidamente al lector que se había dirigido a ellos, como estoy harto de oír en TV, y es que la gente habla de oído y cada vez es más obtusa, pues el tema no es tan abstruso a mi modo de ver.

Bueno, pues al grano: Mi opinión, puede que equivocada, es que Mas está utilizando una idea que consiste en copiar una forma de hacer y discutir de un  programa de “sang i fetge” o “triperia” (casquería para los castellano hablantes, literalmente sangre e hígado) para, a través de una manifestación justificar su fracaso de gestión y no aguantar sus cuatro años de legislatura. Siempre es bueno que haya niños para echarles la culpa. En este caso “Espanya”.

Aquí aguantamos a Rajoy, es lo que hay.

En fin, te recomiendo la lectura del artículo que publicó ayer la revista El País Semanal, en “Intro” PALOS DE CIEGO, titulado “La gran decisión” Por Javier Cercas, en el que se resalta tipográficamente: «Votamos si la independencia es la solución o una cortina de humo».

Finalmente, tras este preámbulo, mi opinión personal es que si consiguen la independencia, será peor para ellos, para el resto de españoles, para el resto de europeos y para el mundo.

Y, otrosí, aunque no consecuencia del párrafo anterior, es que no pienso volver a votar en mi vida. Como por otra parte hace un sobrino mío de unos treinta años que nunca ha perdido el tiempo en hacerlo. No, hasta que no se acabe la partitocracia, que decían en la asignatura de FEN (Formación del Espíritu Nacional) y que, desgraciadamente, es lo que hay, a mi modo de ver, hasta que no consigamos listas abiertas. Y, si se consiguiera, aún así me lo pensaría.

He dicho.


martes, 27 de marzo de 2012

Mariano Rajoy, el "grandielocuente"

Acabo de oírle y verle por TV en 24 horas. Me ha dejado atónito. Hasta el punto de que no recuerdo lo que ha dicho, si era que no quería ser grandielocuente o no quería emplear términos o expresiones grandielocuentes. Pero vaya, que resulta elocuente que sobra la e y que como sigamos así, para ahorrar gastos, mejor cerramos la RAE que, total, para el caso que le hacemos…

lunes, 19 de marzo de 2012

Mariano Rajoy en el bicentenario de la Pepa

El presidente del Gobierno, don Mariano Rajoy, ha dicho hoy en su discurso de homenaje a la constitución del 19 de marzo de 1812 que “Los constitucionalistas gaditanos nos enseñaron que en tiempos de crisis no hay que tener miedo de hacer reformas sino tener la decisión y la valentía de hacerlas”.

Esto me ha hecho pensar inmediatamente en la frase de san Ignacio de Loyola “En tiempos de tribulación no hacer mudanza”. Y antes de escribirlo aquí he querido comprobarlo en san Google y he encontrado en una enciclopedia de frases otra versión, que supongo errónea: "En tiempo de desolación nunca hacer mudanza".

No sé si el señor Rajoy era consciente de su cita de la frase de los ejercicios espirituales ignacianos cuando la ha utilizado en sentido contrario, pero eso me recuerda que en español tenemos refranes que nos dicen una cosa y la contraria, lo cual demuestra la gran sabiduría popular, por ejemplo, sin ir más lejos, “A quien madruga, Dios le ayuda” y “No por mucho madrugar amanece más temprano”.

Por cierto, y a propósito de si la constitución del día de san José tiene uno u otro valor, si fue corta e intermitente su vigencia y sobre si llega uno a hartarse de que le llenen a uno la cabeza de referencias cruzadas por todos los medios a “La Pepa” en su bicentésimo aniversario, esta mañana he oído algo en la radio, citado de memoria, que he venido a buscar en san Google, esta tarde, también de memoria y de este modo: “padre, ¿es pecado matar franceses?” y he encontrado “Un catecismo patriótico español ante el invasor francés / 1808-1814” en:

http://www.nodulo.org/bib/drio/18081814.htm de donde copio:

¿Será pecado matar franceses? 


– No señor, antes bien se merece mucho si con esto se libra la Patria de sus insultos, robos y engaños.

Bueno, la cosa no da para más. El Sr. Presidente de nuestro Gobierno ha aprovechado el día para llevar el agua a su molino reformista.

A quien Dios se la dé, S. Pedro se la bendiga. Que Dios le ilumine, por la cuenta que nos trae a todos y que tenga más suerte que el Sr. Zapatero contando nubes.